domingo, 9 de octubre de 2011

Escucha hermano, asi fue como sucedió... ('Ali Shari'ati)

Había escrito algunas notas sobre las cuales les hablaría esta noche, notas a modo de conclusión, relativas a las cosas que les había conversado en noches pasadas. Pero las palabras de nuestro amigo Parviz Khorsandi, de quien puedo añadir con toda certeza que es el escritor de prosa de mayor fuerza que actualmente sirve a nuestra causa, cambiaron completamente lo que ansiaba decirles, desviaron mis sentimientos y la dirección de mi pensamiento. Sentí que debía comunicarles sobre la reminiscencia que tuve y le mencioné a él.

Si hablo por mí mismo es porque deseo contarles ese recuerdo, un recuerdo relacionado conmigo, con los de mi clase en este mundo, con mi sociedad, mi ciudad y mi historia. Por una parte estoy asociado con los grupos cultos de hoy y ustedes saben cómo piensan, qué actitud tienen frente a la religión, que metas persiguen y qué idioma y cultura ostentan. Por la otra, provengo de un área, una tierra, un desierto, de un lugar casi deshabitado, donde no hay felicidad ni prosperidad. La vida solamente es aridez y pobreza, colmada de dificultades. Por la sangre de mis antepasados no corre una gota de nobleza, si es que la consideramos como algo medible en términos de oro, de plata y de poder; mi punto de vista sobre la clase y la sangre no es ése. Se que mis antepasados, mis padres, generación tras generación, desde edades que se pierden en el horizonte de la historia, nacieron en la pobreza y vivieron con tribulaciones y privaciones.

Poseedor de estas particulares características trabajo en el estudio de la civilización. Conozco su continuidad y pensaba que las grandes culturas, con sus obras, constituían el mayor honor del genio de la humanidad. En cualquier país o ciudad por mí visitados buscaba inmediatamente los grandes monumentos de la civilización anterior, y así podía saber, ver y oír, que efectos había producido esa tribu o grupo humano con sus creaciones y qué había aportado a la posteridad.

En Grecia, estuve en el Templo de Delfos. Me sentí sobrecogido por la grandeza de las edificaciones y por la belleza y esplendor de aquella obra. En Roma, visité el Museo de Arte y Arquitectura: vi enormes templos llenos de gloria y magníficos castillos del Lejano Oriente, de China, de Camboya y Viet Nam. Hay grandes montañas esculpidas por las manos del hombre. Él ha usado sus ojos y sus nervios para convertirlas en templos para los dioses y para los representantes de éstos en la tierra, los sacerdotes de las religiones. Estas cosas, en mi modo de pensar, eran la mayor y más amada herencia de la humanidad.

Sucedió, este año cuando viajé al Africa a conocer las tres pirámides de Egipto. Repentinamente todos mis sentimientos brotaron. Me apresuré a visitar las admirables pirámides sintiendo que realizaba un peregrinaje por las prodigiosas ruinas de una de las siete maravillas del mundo; estaba pleno de alegría por disponer de tal oportunidad. Busqué un guía que me pudiera explicar la razón de las formas de las pirámides, su historia, su maravilla, belleza y secretos.

Esclavos cargaron ochocientos millones de peñas de Aswan (el sitio donde luego se construyó la famosa represa) hasta El Cairo. Elevaron nueve pirámides, seis de las cuales son pequeñas, y las otras tres, grandes y mundialmente conocidas.

Transportaron ochocientos millones de rocas desde una distancia de novecientos ochenta kilómetros. Colocaron una sobre otra y levantaron un monumento para que los cuerpos momificados del Faraón y de la Reina fueran enterrados en su interior.
La cámara funeraria propiamente dicha, que es muy grande, está construída solamente con cinco bloques de piedra. Cuatro de ellos constituyen las paredes y una el techo. Para concebir el volumen y el peso de la roca que forma el techo, es necesario saber que está hecha de un bloque de mármol sobre el que están colocados varios millones de grandes peñas extendidas hasta el vértice de la pirámide. El techo ha soportado este peso durante cinco mil años. Quedé maravillado por la monumentalidad de lo que surgía ante mis ojos. A trescientos o cuatrocientos metros de la pirámide había algunas piedras que parecían haber caído en desorden las unas sobre las otras.

Le pregunté al guía qué significaba aquello. Me contestó: "Nada. Son solamente piedras" Le insistí me informara el por qué estaban allí. Él dijo que eran criptas cavadas a lo largo de varios kilómetros bajo tierra. Le interrogué: ¿Por qué? El dijo: "Treinta mil esclavos trabajaron durante treinta años acarreando estas inmensas rocas sobre sus espaldas a través de distancias de más de mil kilómetos.

Morían a montones a causa del peso. Diariamente se le reportaba al Faraón la muerte de cientos de personas." Sí, pensé para mí, el sistema de la esclavitud, como dice Schwartz, no permitió la invención de la palanca ni de la rueda. El guía continuó: "Lanzaban los esclavos a un hueco enorme, los enterraban y ponían a otros a trabajar en su lugar".

Le dije: "me gustaría verlos, a los miles de esclavos aniquilados y ya convertidos en polvo". Y me contestó: "No hay nada que ver allí. Las piedras han caído las unas sobre las otras, y sobre las criptas de miles de esclavos quienes, bajo las órdenes del Faraón, fueron enterrados cerca de él. Como habían trabajado para él en esta vida, seguirían haciéndolo después de muertos, aunque esta vez en espíritu".

Le dije al guía: "Por favor, déjeme solo, no necesito de su compañía. Iré solo". Fui a sentarme cerca de las tumbas y sentí una relación familiar, muy próxima entre mi persona y aquellos que dormían en ellas. Ambos somos de la misma raza.
Es cierto que yo soy de un país y ellos de otro. Soy de una raza y ellos de otra, pero estas son divisiones crueles para separar a los seres humanos, de manera que familiares se vuelvan extraños y extraños se conviertan en parientes.

Aparte de estas divisiones, sentí que pertenecía a su raza, jerarquía y familia, y que padecía sus sufrimientos. Cuando, ahora, volví la mirada hacia las grandes pirámides, me hallé totalmente extraño a su grandeza, gloria y majestad. Pero no, siento odio hacia su grandeza, arte y civilización. Todos los grandes monumentos que las civilizaciones han levantado a lo largo de la historia han sido edificados sobre los huesos de mis antepasados. Mis antepasados, esclavos también, construyeron la Gran Muralla de China, y aquellos que no pudieron soportar el peso de las piedras fueron aplastados por ellas, y así formaron parte de la Gran Muralla. La Muralla de China y todas las murallas y monumentos y grandes ruinas de las civilizaciones, fueron fabricadas de la misma manera, con grandes piedras levantadas sobre la carne y la sangre de mis antepasados.

Sentí odio y rabia. Observé que la civilización es una maldición. Es el resultado de miles de años de opresión y esclavitud. Me senté entre el grupo de tumbas y sentí que todos los que estaban durmiendo en ellas eran mis hermanos.

Regresé a mi alojamiento y le escribí una carta a uno de mis innumerables hermanos esclavos. Retrocedí en el tiempo cinco mil años. Le expliqué todo lo que había sucedido en cinco mil años, después de su muerte; en los que, esclavos y esclavitud, habían continuado existiendo bajo formas variadas.


Escribí:

Hermano, tú nos has dejado; pero nosotros hemos seguido construyendo grandes civilizaciones, ejemplos de grandes victorias, para los que ostentan grandes honores. Ellos han invadido nuestras aldeas y pueblos. Nos han capturado y nos han utilizado como animales de carga, obligándonos a construir sus tumbas. Si nuestra resistencia llegó a flaquear, nos usaron como piedras del edificio. Pero si completamos la edificación, el honor de la obra recayó sobre el nombre de otro y ni el recuerdo del nombre quedó para nosotros.

A veces nos llevaron a la guerra, guerra contra personas que ni siquiera conocíamos. Blandimos nuestras espadas contra alguien a quien no odiábamos, gentes que habían nacido como nosotros, de la misma clase y con el mismo destino. Nos llevaron ante los ojos de nuestros envejecidos y agobiados padres que nos esperaban. Sus aspiraciones sobre nosotros nunca se vieron realizadas. Estas guerras, como lo ha dicho un erudito, eran entre dos grupos que no se conocían, para personas que no luchaban, pero que sí se conocían. Nos tomaron a nosotros, fuimos destruidos y masacrados. Si éramos derrotados, nuestros padres y madres sobrellevarían nuestro dolor y nuestra muerte, la destrucción de nuestras aldeas y la destrucción de nuestros campos. Si salíamos victoriosos, el poder y la gloria serían de otro y nunca compartiríamos su victoria ni su botín.

¡Si, hermano!, después de tí muchos cambios tuvieron lugar. Grandes y poderosos Faraones de la historia torcieron el rumbo del pensamiento. Fuimos felices. Ellos creían que sus espíritus eran eternos y que vagaban alrededor de las tumbas, y que si sus cuerpos permanecían intactos, el espíritu mantenía contacto con el cuerpo, y siguiendo esta creencia nos obligaron a ti y a mi a realizar sus grandes tumbas y hacer de ellos unos asesinos.

Después se convirtieron en intelectuales y no pensaron más sobre la muerte. Se liberaron de las antiguas ideas. Supimos de grandes noticias. Quedamos libres de edificar tumbas y de cargar ochocientos millones de rocas desde una distancia de mil kilómetros para apilarlas las unas sobre las otras.

Pero hermano, escucha. Esta fue solamente una felicidad pasajera, del momento. Después de tu partida atacaron nuestras aldeas y nos hicieron esclavos nuevamente. Una vez más nuestros hombros y espaldas soportaron el peso de grandes piedras y columnas. Pero esta vez no para sus tumbas, a las cuales no les daban importancia, sino para sus palacios. Grandes palacios fueron construídos con nuestros huesos y nuestra sangre. Fueron edificados para erguirse orgullosos sobre la tierra, y a su lado se levantaron la tumbas de otra de nuestras generaciones.

Hermano, en el momento en que una esperanza nos dejaba, otra se abría paso entre nosotros. Los grandes profetas arios se levantaron, además de los profetas de raza amarilla. El gran Zoroastro, Mani, Buda, el sabio Confucio y el profundo Lao Tse. Se abrió una ventana hacia nuestra salvación. Dios había armado a sus mensajeros para liberarnos del sufrimiento y de la esclavitud, para que la fe y el culto reemplazaran la opresión y el servilismo.

Ahora, hermano, escúchame. Esos mensajeros escogidos bajarían del lugar sagrado de sus votos, y sin tomarnos en cuenta, sin mencionar nuestros nombres ni acordarse de nosotros, se instalarían en los palacios.

Creímos en Confucio que habló tanto de la sociedad y de humanidad. Vimos como se acercó al Ministro y fue el compañero de la princesa de China.

Y Buda, él mismo un gran príncipe, se separó de todos nosotros a través de retiros y ascetismo, buscando su ser interior, el "nirvana" - nosotros no sabemos donde está ese lugar- y creó grandes pensamientos.

Zoroastro fue profeta en Azerbaijan. Le dio la espalda a nuestros lacerados cuerpos y a nuestro lamento, de miles de años, vertido sobre las tumbas de nuestros hermanos esclavos. Se dirigió a Balk y se separó de nosotros en las comodidades del palacio de Gushtasb.

Mani habló de la luz y combatió la oscuridad. Susurró palabras de luz en los oídos de los prisioneros oprimidos. Y nosotros dijimos: "Y es él quien habla de salvarnos". Pero recogió sus palabras de luz y le entregó el pergamino a Shapur, el sasánida. Escribió una elegía a su coronación. Su mayor honor fue que visitó Sarandib, Balk y la India, formando parte del séquito de Shapur. Y luego nos desilusionó con estas palabras: "Todo el que es derrotado pertenece a la esencia de la oscuridad y todo el que sale victorioso pertenece a la escuela de la luz". ¿No es cierto que a través de la historia nosotros hemos sido derrotados?

¡Escucha hermano! Ustedes fueron los sacrificados de los grandes monumentos funerarios y yo lo fui por el esplendor de los grandes palacios. Repentinamente me dí cuenta que, junto a los Faraones y Reyes que nos hicieron esclavos, había otros que eran los sucesores de los profetas y de los líderes religiosos oficiales.
De Palestina a Irán, de Egipto a la China, en cualquiera de estas civilizaciones fuimos obligados a cargar piedras para construir pirámides, grandes palacios o gloriosos templos. Luego servimos a los profetas y a sus herederos. Ellos ataron nuestras manos de otra forma, y en el nombre de la religión nos designaron. Nos hicieron luchar en el nombre de la guerra santa, por la religión. Fuimos enviados a otros campos de batalla; estuvimos donde quiera que ellos quisieron enviarnos. Nos obligaron al sacrificio de nuestros hijos ante sus deidades, ante sus ídolos, ante los altares de sus templos.

¿No sabes, hermano, que en todos los templos reina el olor de la sangre de nuestros hijos inocentes? Pasamos miles de años sufriendo situaciones peores de las que tú sufriste. Construímos tumbas, palacios y catedrales. Las deidades junto con los Faraones, Reyes y sus representantes, cayeron sobre nuestras vidas. Tres quintos de toda la herencia y riqueza del Irán nos fueron sustraídos en el nombre de los Sacerdotes Magi y de Aura Mazda. Para ellos éramos campesinos y esclavos. Los sacerdotes de Dios se apropiaron de cuatro quintos de toda la superficie cultivable del país.

Trabajamos sin retribución alguna para los templos, y edificamos todos los grandes palacios de Roma y de la China, y perecimos en el proceso.
Pero yo, que he vivido miles de años después que tú y he visto la muerte de todos nuestros hermanos y de nuestra generación, sentí que los dioses también estaban iracundos contra los esclavos y que la esclavitud está basada en diferentes leyes. Los sacerdotes y los hombres religiosos son otro instrumento para fortalecer los palacios, las tumbas y para justificar el sistema.

Por lo tanto, como dicen los eruditos, hombres como Aristóteles, que piensan y entienden mejor que nosotros: "Algunos han sido creados para la esclavitud y otros para ser señores". Me convencí que nosotros habíamos sido creados para ser esclavos y edificar monumentos y que ése era nuestro destino. Nuestro destino era levantar grandes pesos, ser oprimidos y flagelados, y nada más fuera de estas tres cosas.
Pero entonces, hermano, me llegaron noticias que un hombre llamado Muhammad (s.a.s.) había bajado de una montaña y había gritado a las puertas del un templo: "Yo he venido de allah". Temblé ante el temor de que esto no fuera más que una nueva forma de decepción, una nueva opresión, y cuando él empezó a expresar sus ideas, no le creí. "Yo he venido de allah. Allah ha querido que todos los esclavos y gente pobre sean ayudados para que hereden la tierra".

Me sentí maravillado. Cómo es posible que Dios hable a los esclavos, a los pobres y les prometa salvación, el liderazgo y la herencia de la tierra: no podía creerlo. Y me dije: "Es un príncipe como los otros profetas del Irán, de la China y de la India, quienes han sido llamados a profetizar para crear una nueva fuerza con la ayuda de alguien poderoso". Pero me contestaron: "No. Es un huérfano. Sabemos que es un pastor. Sus ovejas pacen justo detrás de la colina".

Y me dije: ¡Maravilla! ¿Cómo es que Dios lo ha elegido de entre los pastores? Y me contestaron:"El es el último eslabón en la cadena de los profetas pastores (Abrahámicos). Sus antepasados fueron todos pastores mensajeros.".
Temblé de felicidad o de admiración, ya que por primera vez un profeta había surgido de entre nosotros.

Encontré la certeza en él y vi a todos mis hermanos congregados a su alrededor: Bilal, un esclavo nacido de madre y padre esclavos de Etiopía y extranjeros en esta nueva tierra; Salmán, un vagabundo del Irán que fue vendido como esclavo; Abu Dharr, un pobre hombre desconocido del desierto; Salem, un poco valioso esclavo negro de la esposa de Houzayfeh, todos se habían hecho sus compañeros.

Confié en él y tuve certeza en él, porque su palacio era unas cuantas habitaciones de barro que él mismo había ayudado a construir. Su lugar de descanso era una lámina de madera cubierta con hojas de palma de dátiles.

Esas eran todas sus pertenencias. Ese fue todo el esfuerzo que le pidió a sus seguidores para construir su morada. Mientras vivió se mantuvo de esa manera, y a la hora de su muerte todavía era de esa manera.

Yo venía del Irán. Había escapado de la gran y poderosa secta sacerdotal de Zoroastro que siempre nos tomaba como esclavos para sus guerras con el fin de obtener más poder. Yo había llegado a su ciudad y había vivido entre los esclavos, vagabundos y gentes que no tienen refugio en el mundo hasta que la muerte hace pesados sus párpados. Se había corrido una cortina sobre la luz de nuestro sol.
Y luego hermano, vi cómo una vez más se construían grandes y gloriosos templos en su nombre, y cómo se blandían las espadas, en cuyas hojas desnudas se leían versos "Yihad" del Corán. Otra vez las arcas del tesoro público estaban repletas con los frutos de los que habíamos sido despojados. Representantes de este hombre cayeron de nuevo sobre nuestras aldeas y se llevaron a nuestros hijos como esclavos para sus líderes y jefes tribales. Vendieron a nuestras madres en el mercado de esclavos, mataron a nuestros hombres en el nombre de una "Guerra Santa" y saquearon todas nuestras pertenencias en el nombre de "impuestos religiosos".

Perdí la esperanza. ¿Qué podíamos haber hecho, hermano? Había surgido un poder que escondía a los ídolos tras un ropaje unificado. Llamas de engaño fueron encendidas en los templos, ante los altares de Dios. Las mismas imágenes de Crasus y del Faraón, que tú conoces bien, hermano, flagelaron a la humanidad en el nombre del Califato de Dios y del Califato del Profeta. Nos humillaron con los argumentos de falsas interpretaciones de las leyes religiosas, y con las mentiras de caras piadosas que se habían unido a los Faraones y a los Crasus. Nuevamente caímos en esclavitud para construir la Gran Mezquita de Damasco.

Una vez más a costa de grandes sufrimientos, los gloriosos "Mihrabs", los grandes palacios como el Palacio Verde de Damasco y los palacios de los Califas de las Mil y Una Noches de Bagdad, fueron construidos a expensas de nuestra sangre y de nuestras vidas y esta vez esto fue hecho en el Nombre de Dios.

Nuevamente creíamos que el camino a la salvación estaba cerrado para nosotros y que nuestro destino siempre sería la esclavitud y el sacrificio.

¿Quien había sido este hombre? ¿Estaba el engaño escondido en su mensaje?¿O estábamos siendo sacrificados por un sistema, un sistema que nos había dejado pudrir en las oscuras prisiones? Saquearon completamente nuestros campos, nuestras posesiones y nuestro destino. ¿Estábamos ambos, ese profeta y yo, decepcionados?
No lo sé. No tengo ningún sitio a dónde ir. ¿A donde iré? Regresaré a mis sacerdotes de Zoroastro? ¿Cómo regresar a los templos que siempre colaboraron con la estructura del poder y están llenos de engaños?

¿Iré con los líderes que pretenden ser los emisarios de la libertad en mi país? Estas eran personas que habían perdido el poder de sus familias en Khorasan, Sistan y Gorgan tratando de establecer un nuevo gobierno revolucionario, y ahora estaban luchando para reestablecer el poder de sus familias e implementar el anterior sistema de ignorancia.

¿Iré a las mezquitas? ¿Qué diferencia había entre las mezquitas y los templos? De repente, hermano, vi los sables cuyas hojas fueron cubiertas con los versos del Yijad, y templos llenos del sonido de las alabanzas y de himnos a Dios. Vi a los que nos llaman a la plegaria, pidiéndonos unidad, rostros sagrados que en el nombre del Califato, en el nombre de la continuación de las tradiciones del Profeta, nos habían llevado a la esclavitud y nos habían masacrado.

Ante mí, con sus sables habían sacrificado en el mihrab a otra persona oprimida. Hermano, Alí (a.s), era de la misma familia que el hombre que había traído el mensaje, Muhammad (s.a.s). Él (Ali) fue asesinado en el palacio de adoración de Dios (mihrab) en la mezquita. Él y su familia fueron destruidos antes que yo y que mi familia y las familias de los esclavos y los oprimidos en la historia. Su casa fue saqueada antes que la nuestra en nombre de la tradición, de “la guerra santa" y de los impuestos religiosos. Antes que el Corán fuera usado como un medio para destruirme y esclavizarme, fue colocado en la punta de la lanza y derrotó a Alí*. (*el autor se refiere a la batalla de Siffin)

Que extraño. Así es como después de cinco mil años encontré a un hombre que estaba hablando con el nombre de allah y no para algún amo. Pedía por los esclavos, pero no como Buda que deseaba alcanzar el nirvana, ni como monjes que puedan llegar a engañar a la gente, ni como personas piadosas que quieren llegar a Dios por ellos mismos, sino con la esperanza de la salvación del pueblo.

Encontré a un hombre (Ali) de Yijad, a un hombre de justicia, una justicia cuyo primer sacrificio fue él mismo. Un hombre cuya esposa (Fátima -a.s-) trabajaba y sufría. Ella, la hija del gran Mensajero, como mi propia hermana, supo de pobrezas y privaciones. Saboreó la pobreza y el hambre, justo como lo habíamos sufrido nosotros. Hermano, encontré a un hombre cuya hija (Zaynab –a.s-) e hijo (Husein –a.s-) heredaron una bandera roja que ha estado en nuestras manos a través de la historia, y en las manos de nuestros líderes. Esta es la razón por la cual después de cinco mil años, por temor a los templos que tú y yo conocemos, por temor al terrible poder que tú y yo conocemos bien, y por temor a los grandes monumentos por los cuales tú y yo fuimos sacrificados, he buscado refugio en esta silenciosa choza de barro.

Los amigos del Mensajero han abandonado la choza y Ali está solo. Su esposa ha muerto. Él va a las plameras de Bani Nayar y reflexiona sobre los sufrimientos que tú y yo debemos sobrellevar. Le temo a los imponentes templos, a los aterradores castillos y a los tesoros que fueron colmados con nuestra sangre y sufrimientos. He buscado refugio en esta casa. He puesto mi frente contra la puerta de esta casa abandonada y he llorado por la tristeza de los siglos, hermano.

Hermano, él y todos sus leales han sido de nuestra sufrida raza. Usaba la belleza de las palabras para hablar sobre nuestra salvación y nuestra pena. Por primera vez habló de belleza no para justificar la pobreza y el encuentro con los poderes, sino, al contrario, para nuestra insurrección y toma de conciencia. Hablaba mejor que Demóstenes, no para defender sus propios derechos, sino los nuestros. Hablaba mejor que los retóricos de Luis XI, pero no en la corte: hablaba por todos los oprimidos contra los poderosos. Usó su sable no para defenderse a sí mismo, ni a su familia, ni a su raza ni a su país, sino para derrotar a los poderosos. Lo usó mejor que Espartaco y con mayor sinceridad de lo que nunca hayamos conocido.

Pensaba mejor que Sócrates, pero no para probar nobles virtudes éticas, prohibidas a los esclavos, sino para demostrar los valores de la humanidad, que tienen mucho más significado para nosotros; no es el heredero de Craso, del Faraón o de los sacerdotes Magi. El no tiene ni un mihrab ni una mezquita. El mismo se sacrificó en nuestros altares.

Es una manifestación de justicia y de pensamiento; pero no en un rincón de la biblioteca de un colegio o academia, ni en las jerarquías académicas de los eruditos quienes se sientan en un rincón con un pensamiento profundo, sin considerar el destino del pueblo, las penalidades de las criaturas, el hambre de las masas. Al mismo tiempo que se dirige hacia los cielos, escucha el llanto de un niño huérfano que lo hace estremecer. Cuando está haciendo el salat olvida los dolores de su cuerpo y lo filoso de una daga.

Hermano, él es un hombre de poesía y conoce la belleza del idioma, no como Ferdowsi en el Shahnameh donde en sesenta mil dichos menciona una sola vez a nuestra raza y a la hermandad del herrero Kaveh. Cuando hablaba del herrero, que obviamente era de nuestra raza y el que confirmó la libertad, la revolución y la salvación del pueblo y de la nación, todavía no había sido elevado lo suficiente a los ojos de Ferdowsi, y sin embargo, fue el único héroe de nuestra raza nombrado en el Shahnameh, pero allí está perdido. ¿Donde y por qué? Porque no es famoso como la raza y cultura de Ferydom, el Rey, y esa es la razón por la cual Kaveh no es mencionado más que unas pocas veces en ese largo poema épico.

Ahora, hermano, yo vivo en una sociedad en la que mi nación, mi clase y yo lo necesitamos. Él es distinto a otros filósofos y genios. Si son genios, no son activos. Si son activos, les falta entendimiento y pensamiento. Si tienen todo lo anterior, no son hombre de espada ni de Yihad y les falta pureza y razón. Si tienen todo lo anterior, les falta amor, sentimientos y sutileza de espíritu. Si tienen todo lo anterior, no conocen a allah y no se pierden en su certeza. Siguen siendo ellos mismos. Pero Ali (a.s) es un hombre que contiene todas las dimensiones de un ser humano. Trabaja como tú y como yo. Cava pozos en el desierto con sus manos desnudas, y, con los mismos dedos, escribe poemas.

Es exactamente un trabajador, es decir, no al servicio de sí mismo sino al servicio de los demás. De repente grita desde un pozo. Lo sacan de él. Está cubierto de barro; el agua empezó a fluir. En esa ardiente tierra, en los alrededores de Medina, el agua brota. La tribu Hashimí se alegra. Pero al mismo tiempo que ha perdido su aliento, diría: "Buenas noticias para mis herederos ya que ellos no tendrán una gota de esta agua". El nos la donó a ti y a mí, hermano.

Ahora lo necesitamos. Necesitamos a un líder como él. Todas las culturas, civilizaciones y religiones han hecho de los seres humanos animales ecónómicos; o animales que adoran individualmente, sumidos en las tumbas de la devoción y de la espiritualidad individuales; o han creado hombres de pensamiento, entendimiento e inteligencia, pero sin sentimientos, sin corazón, sin profundidad y sin amor; o han hecho hombres con sentimientos, amor, inspiración, pero sin inteligencia, pensamiento, ciencia y lógica. Pero Alí, tiene todas estas dimensiones. Alí es el símbolo de la lucha. Él es el símbolo de un ser humano que pacientemente sobrelleva el dolor y el trabajo. Él es el símbolo de un ser humano que tiene algo que decir, que ha estado en el yihad, que a causa de su profunda sinceridad se mantiene leal. Él es el símbolo de un ser humano que llora y sufre silenciosamente. Él es el símbolo de la justicia.

Y ahora, mi hermano, en una sociedad en la que nuestro enemigo está frente a nosotros, en un sistema de poder, donde sus reglas dominan más de la mitad del mundo, y otras reglas el resto, se está acondicionando nuestras mentes para una nueva generación de esclavos.

Ahora somos parte de un sistema en el que supuestamente, no trabajamos gratis para nadie. Hemos sido liberados. La esclavitud ha sido abolida, pero ahora somos más esclavos de los que tú eras en tu tiempo, porque hemos rendido nuestra voluntad. Nos han alimentado con el servilismo de falsas libertades. A través de la ciencia, de la sociología, la cultura, el arte, las ‘libertades’ sexuales, el consumismo y el culto al individualismo, nos han influído fuertemente. Como resultado nos hemos convertido en completos esclavos, y nuestra certeza en metas espirituales, nuestras afinidades con la escuela de pensamiento de Alí y su entrega a la humanidad, han sido borrados de nosotros. Ahora, hermano, nos hemos convertido en vasijas de cerámica, vacías, alineadas de cara al sistema imperante. Aceptamos cualquier cosa con lo que se nos llene.

En el nombre de los estados, la sangre y la tierra, y en el nombre de la enemistad y a quienes representa, estamos divididos en pequeños bocados fácilmente devorados. ¡División! ¡Separación!

El Califato incitó a los seguidores de Alí contra los creyentes en su escuela de pensamiento. Se hicieron enemigos. ¿Por qué el destino que gobierna sobre el mundo y sobre nosotros ha hecho que seamos enemigos? El que ora con las manos cerradas odia al otro que ora con las manos abiertas, o uno es enemigo del otro porque éste se postra sobre una alfombra y el otro lo hace sobre la tierra apisonada.

Las guerras, enemistades y frentes de guerra se han estrechado hasta este punto. Han exiliado a nuestros intelectuales a otros países* (*el autor en 1972) y se han apropiado de la imagen del pastor.

Hermano, tú en tu ingenuidad conocías a tu señor. Sentías el látigo que te laceraba. Sabías que eras esclavo. ¿Por qué eres un esclavo?¿Cuando te convertiste en esclavo? Ahora tenemos tu mismo destino, pero sin saber quién nos convirtió en esclavos en este siglo; sin saber desde dónde nos están flagelando; sin saber cuándo sucumbimos a una forma de pensar desviada.; sin saber quién nos ha colocado en este servilismo terrenal.

Estamos más oprimidos y con mayores privaciones de lo que tú lo estabas en tu época. La discriminación de clases y la tiranía son más fuertes de lo que lo eran en tu tiempo, pero con nuevas caras y nuevos ropajes.

Hermano, Alí, dedicó toda su vida a estas palabras: una escuela de pensamiento, unidad y justicia. Alí es una manifestación de los veintitrés años de lucha al lado del Profeta, sacrificando su vida, lanzándose a la guerra santa por la creación de una certeza de la esencia interior de las cosas. Él es la manifestación de veinticinco años de paciente silencio para preservar la unidad de la sociedad islámica cuando se enfrentaron los imperios romano e iraní. Él es la manifestación de cinco años de esfuerzo y dolor por el establecimiento de justicia, para eliminar complejos y odios. Él usó su sable para liberarnos.

Pero no pudo hacerlo. Sin embargo pudo crear una escuela de pensamiento y es un símbolo eterno para tí y para mí. Hermano, él declaró el din de la justicia y el liderazgo de la humanidad. Dejó tres motivos para los que él y su familia fueran sacrificados: "Escuela de pensamiento, unidad y justicia".

martes, 5 de abril de 2011

El plusvalor de Marx y la Ribâ del Corán.

En este artículo se propondrá que el concepto marxista de plusvalor es una adecuada interpretación para nuestro tiempo del concepto islámico de Ribâ.

El concepto de plusvalor.

La plusvalía o plusvalor (Mehrwert) es uno de los conceptos fundamentales que introduce Karl Marx para explicar el funcionamiento del sistema capitalista. Puede ser definido así:
Diferencia que hay entre el valor que produce el trabajo del asalariado y el valor de su fuerza de trabajo. De esta diferencia se apropia gratuitamente el capitalista.
Para quien no se haya interesado por la teoría económica de Marx esta definición puede resultar poco comprensible. Por ello intentaré esbozar muy someramente algunos aspectos de esta teoría.


¿Qué quiere decir "proletario"?

El sistema capitalista necesita que la mayor parte de la población sea privada -si es preciso, por la fuerza- de cualquier modo de ganarse la vida por sí misma. (Esto ya lo vimos en una entrada anterior sobre la aventura del señor Peel.) A la persona que se halla en esta situación la llama Marx proletario. Lo único que puede hacer un proletario para ganarse la vida es vender su fuerza de trabajo. Vender la fuerza de trabajo es algo radicalmente distinto de vender los productos o servicios que genera esa fuerza de trabajo.
En una economía primitiva, el hortelano que tiene un huerto, un sistema de riego, unas semillas, unos aperos de labranza y un puesto en el mercado, vende sus hortalizas, pero no su capacidad para cultivarlas. Sin embargo, en una economía capitalista, el hortelano que no tiene ni huerto, ni riego, ni semillas, ni aperos, ni un puesto en el mercado, lo único que tiene para vender es su capacidad para cultivar hortalizas. Es decir, solo tiene para vender su fuerza de trabajo.

Aparece el capitalista.

Imaginemos a alguien que sí que tiene huerto, riego, semillas, aperos y un puesto en el mercado, es decir que sí que tiene esos medios de producción. Esta persona podría cultivar él mismo las hortalizas. Pero si tiene un terreno muy grande seguramente necesitará a alguien que trabaje para él. Para eso están los proletarios. Así que este hombre rico compra al hortelano lo único que éste puede venderle: su fuerza de trabajo. El capitalista es el que compra fuerza de trabajo para obtener con ella un beneficio económico. Gracias a esa fuerza de trabajo que ha comprado y a los medios de producción que posee, el capitalista obtiene hortalizas, de las que automáticamente se hace dueño para venderlas como le plazca.


Fuerza de trabajo: una peculiar mercancía.

La fuerza de trabajo que el capitalista ha comprado al proletario es una mercancía más. Ahora bien ¿a cuánto se paga esta mercancía tan peculiar? Es decir, ¿cómo se fija el valor del salario del proletario? Lo lógico -y lo justo- sería que el valor del salario del proletario fuese más o menos equivalente al valor de lo que ha producido su fuerza de trabajo. De hecho, en el mercado de otros productos, las cosas normalmente funcionan de manera bastante justa. Si yo tengo una bicicleta y la quiero vender, un comprador me tendrá que pagar más o menos lo que la bicicleta vale. De modo que si él se empeñase en pagarme mucho menos, yo me negaría a vendérsela, porque seguro que habría otro comprador dispuesto a pagar más por mi bicicleta. Y si, por el contrario, fuera yo quien me empeñase en cobrarle mucho más, él se negaría a comprármela, porque seguro que encontraría a otro dueño de una bicicleta dispuesto a venderla más barata. Así que al final, la bicicleta terminará vendiéndose por un precio más o menos justo.
Sin embargo, ¿Qué pasaría si yo necesitase urgentemente el dinero para poder comer? ¿Y si, además, hubiese cientos de personas hambrientas como yo, personas que no tienen más que una bicicleta para intercambiar por comida? Está claro que me vería obligada a vender la bicicleta por muy poco dinero, no podría permitirme el lujo de regatear. Pues bien, en el sistema capitalista eso es exactamente lo que ocurre con esa mercancía llamada fuerza de trabajo. Hay infinidad de personas para las que ésta es la única cosa que pueden vender y ello les obliga a aceptar casi cualquier precio por ella: si no lo aceptan, no comen.


La creación de plusvalor.

El capitalismo consiste en invertir una cantidad de dinero. Con ese dinero se compran medios de producción y fuerza de trabajo. Gracias a que, como hemos visto, ésta última siempre se paga a menos valor, se genera lo que llamamos plusvalor. El plusvalor, como lo definimos al comienzo, es la diferencia entre lo que se le paga al trabajador por su trabajo y lo que ese trabajador produce. Ese plusvalor adopta la forma del producto o servicio del que se trate: hortalizas, bicicletas, novelas, transporte, cursos universitarios, etc. Cualquier bien o servicio que se produzca de este modo es plusvalor. Al ponerse en el mercado y venderse, el plusvalor se transforma en "plus-dinero", es decir, en más dinero del que se invirtió al principio.
Con esto tenemos que en la sociedad capitalista casi todo lo que se produce, y cada vez más, se produce porque es plusvalor o sirve para generar plusvalor. En el capitalismo, una empresa no produce bicicletas porque la gente necesite bicicletas. Es posible que de hecho, las necesite, pero la cuestión es que no las produce por eso sino para producir más plusvalor. Ese es el motivo por el que en la sociedad capitalista se producen tantos millones de toneladas de cosas que no sirven aparentemente para nada: si se consiguen vender y que produzcan plusvalor, es suficiente. Y también ése es el motivo por el que no se producen cosas que sí serían necesarias. La teoría del plusvalor explica muchos fenómenos curiosos, como el de la famosa obsolescencia programada, el del consumismo irracional, el del expolio autodestructivo de los recursos naturales, el de la falta de medicinas baratísimas de producir en el tercer mundo, el de que no se publiquen libros, discos o películas magníficos, etc.


Yo no puse las reglas: las puso el capitalismo.

Se podrá objetar que no hay por qué suponer que los compradores de fuerza de trabajo, los capitalistas, son gente malvada y egoísta. Un capitalista podría decidir ser más justo y pagar a su asalariado, no lo mínimo para que pueda seguir vivo y sano, sino bastante más, de manera que tanto él como sus trabajadores puedan vivir una buena vida.
Pero aquí entra en juego la característica que hace tan especial y tan destructivo al capitalismo y que lo diferencia de otros sistemas de explotación, quizá más crueles e injustos a primera vista, pero a la larga menos destructivos. El capitalismo es un sistema que no permite que los capitalistas sean "buenas personas". Veamos por qué.
En la Antigüedad y en la Edad Media, los dueños de esclavos o los nobles obligaban a la gente a trabajar para ellos. Se necesitaban el látigo y la coacción física para lograrlo. Pero lo que se obtenía con esto era un excedente de riqueza del que se apropiaban para su propio disfrute mediante artículos de lujo y prestigio, para construir suntuosos palacios o templos, para financiar costosas guerras, etc. En esta época cabía la posibilidad de que hubiese un terrateniente generoso, un aristócrata justo y humano que renunciase a parte de su boato y sus caprichos para que sus esclavos o vasallos llevasen una vida más digna. En el capitalismo la cosa cambia. Un capitalista benévolo o justo con sus trabajadores deja de ser un capitalista pasado un tiempo. Veamos por qué ocurre esto y cómo no tiene nada que ver con las cualidades morales individuales de los capitalistas.
El dinero de los inversores capitalistas, gracias al plusvalor, se convierte en más dinero. El capitalista gana dinero sin hacer nada más que poner dinero. Pero esto solo ocurrirá si se han utilizado buenas técnicas para maximizar el plusvalor. Esas técnicas incluyen cosas como utilizar una mejor tecnología, ampliar el horario de trabajo no retribuido, bajar los salarios, empeorar la calidad real de los productos mejorando la calidad aparente, ampliar mercados, obtener materias primas baratas mediante el expolio de países del tercer mundo, etc. Ahora bien, todos los capitalistas intentarán encontrar las mejores técnicas posibles. De lo contrario, dejarán de ser competitivos y, tras un período de tiempo, si no rectifican, se arruinarán y dejarán de ser capitalistas.
Es decir: esto no es algo que los capitalistas hagan porque sean malvados. Es que si no actuasen así dejarían de ser capitalistas. No es una cuestión de ética individual: es una cuestión estructural. Ante el mal estructural, la ética, la conciencia privada nada pueden. Si un orador lograse, gracias al increíble poder de su palabra, que un gran capitalista mantuviese principios (humanos, culturales, éticos, religiosos) por encima de la lógica del plusvalor, lo único que conseguiría es que otro capitalista sin esos principios ocupase su puesto.
El sistema funciona de tal modo que expulsa automáticamente, como por una ley física, a los que no maximizan el plusvalor. Y maximizar el plusvalor no es compatible con nada que se parezca a justicia.


Todo terminará siendo plusvalor.

El sistema capitalista es un sistema que exige siempre más. Se produce para producir más y a su vez se produce más para producir aun más. Quien no funcione así queda fuera. El capitalismo es expansivo: todo lo debe convertir en plusvalor.
La comida o la bebida, las casas o el transporte, la ropa o los muebles, todos los bienes de consumo que se producen bajo el capitalismo no son sino plusvalor... Pero es que también rápidamente lo están siendo las relaciones humanas, el amor, el odio, la cultura, la religión, el deporte, el agua, el aire, el sol, las ideas, la música, las leyes de la naturaleza, el código genético, la educación, la salud, la familia, la revolución, el pasado y el futuro... Todo se mercantiliza, todo se convierte en plusvalor. Y al hacerlo pierde su naturaleza, pues ya no viene al mundo para cumplir su función originaria, sino solo para generar más plusvalor.
Puede decirse que en nuestro sistema capitalista avanzado y global todos somos y devoramos plusvalor; por más que queramos evitarlo también terminamos siendo engullidos por él y transformados en él. Al final de este post veremos un dicho atribuido a Mahoma en el que parece vaticinarse esta situación.


Los neoliberales confunden plusvalor y mercado.

El marxismo demostró que la causa de la ganancia capitalista es el plusvalor. Es decir, que la ganancia capitalista se produce no en el mercado sino en la producción, antes de la puesta en venta de las mercancías, cuando el asalariado se ve obligado a vender su fuerza de trabajo por menos valor de lo que valen los productos de ese trabajo. Esta teoría ha sido rechazada por los economistas neoliberales, cuyas ideas monopolizan hoy día los medios de comunicación, las universidades y, por supuesto, los Ministerios de Economía. Ellos afirman que las ganancias del capital se producen por el funcionamiento natural del mercado, por la mera ley de oferta y demanda. Para ellos, ese plusvalor del que habla Marx no es otra cosa que el funcionamiento natural y en plena libertad de las leyes del mercado.
Recordemos esta identificación entre plusvalor y mercado que hacen los defensores del capitalismo, porque veremos cómo, antes de Marx, antes incluso de que el capitalismo existiese, fue negada y condenada en el Corán.


Ribâ.

Ribâ es una palabra árabe que significa "incremento", "aumento" y se utiliza casi siempre en su sentido económico.

La monumental Enciclopedia del Islam en 12 tomos, la obra de referencia sobre el Islam en lengua inglesa, define así la palabra "Riba."

RIBA (A.), lit. increase, as a technical term, usury and interest, and in general any unjustified increase of capital for which no compensation is given.

Ribâ es un término importantísimo en el Islam, pues constituye uno de los pecados más condenados por el Corán. La condena más expresa y la que también más nos interesa para lo que queremos sugerir, aparece en 2:275

Los que se benefician de la ribâ se levantarán como si el Diablo los hubiera enloquecido con su toque. Pues ellos dicen: "Ciertamente, el mercado es igual que la ribâ". Pero Dios ha permitido el mercado y ha prohibido la ribâ.

Justamente ésto es lo que hemos visto que afirman los neoliberales hoy día: que el mercado sí es igual que la ribâ. Pero el Corán advierte que tal confusión es propia de los que han sido enloquecidos por el Diablo. El mercado sin más no es malo de por sí, lo que lo hace malo es la ribâ.

¿Interés o usura?

Ahora bien ¿qué significa aquí ribâ? He dejado ribâ sin traducir precisamente porque la interpretación de qué significado tiene la palabra ha producido las más enrevesadas y acaloradas disquisiciones entre los sabios musulmanes de todos los tiempos. Podríamos resumir las dos posturas más importantes que se mantienen hoy día así:
-Para algunos, ribâ significa en el Corán "interés" -es decir, prestar dinero y luego cobrar intereses por ello. Dentro de esta postura hay una infinidad de respuestas a distintas casuísticas. Muchas de ellas, lógicamente, eran desconocidas en tiempos de Mahoma. Por ejemplo: ¿es lícito que el prestamista exija, por lo menos, que se le devuelva el dinero según el aumento del IPC?
-Para otros, el Corán solo condena la ribâ entendida como interés abusivo, como usura.
Actualmente los primeros suelen defender algún tipo de banca islámica. En algunos países como Irán solo están permitidos este tipo de bancos.
Los segundos en realidad se limitan, como lo hacen otras religiones, a condenar los intereses que se consideran subjetivamente como abusivos. Precisamente el hecho de que "abusivo" sea un concepto subjetivo anula cualquier posibilidad real de prohibir la usura.

Lo que parece evidente, no solo en este caso, sino en cualquier otro similar del Corán y de otras escrituras consideradas sagradas por sus creyentes, es que es imposible no interpretar hasta cierto punto lo que ese texto sagrado dice. A mí me parece que en este caso concreto es imprescindible comprender que una prohibición de tipo económico debe cobrar distintas formas en función del contexto económico. Por ejemplo, en época de Mahoma no existía papel moneda, ni bancos, ni bolsa, ni el sistema imperante era el capitalismo. Quizá dentro de unos cuantos siglos existan circunstancias económicas que hoy ni podemos imaginar. Por eso lo razonable sería comprender cuál es el espíritu, la intención o el sentido de la prohibición de la ribâ. Y ese sentido está, me parece, en su significado más general, despojado de cualquier concreción que no sea la única que puede interesar a un musulmán: la moral. Así, para cualquier época o circunstancia, la ribâ es un incremento inmoral de los bienes. Evidentemente, aquí "Inmoral" significaría algo así como "a costa de los bienes de otro, de otros o de todos."
Tenemos, pues, que en su significado etimológico más puro, en su sentido menos específico, ribâ, no es solo interés, o solo usura, o solo especulación, sino, en general, incremento, aumento inmoral de los bienes materiales.
Ahora bien ¿cuál, según hemos visto, es el aumento inmoral por excelencia en nuestro tiempo? Es el plusvalor, sin duda. El interés que pagamos al firmar un préstamo bajo el capitalismo es solo una consecuencia de él y está regido por él.
Curiosamente, además, plusvalor es una traducción literal de ribâ. Quizá no sea mera casualidad que ribâ signifique exactamente lo mismo que Mehrwert, la palabra que eligió Marx para nombrar aquello que constituye la clave del sistema capitalista y, por tanto, la clave de toda inmoralidad económica de nuestro tiempo.
Yo creo que, aunque es perfectamente loable condenar la ribâ como interés abusivo, y, más aun, como interés a secas, la situación económica actual exige comprender que esos tipos de ribâ, bajo el capitalismo actual, son solo derivados de la ribâ verdaderamente decisiva, verdaderamente maligna, la ribâ como plusvalor.
La ribâ hoy es el plusvalor.


El plusvalor y el Mal estructural.

En el mundo actual, el sistema capitalista es el imperante en prácticamente la totalidad del planeta. Este planeta y los seres humanos, animales y plantas que lo pueblan han sufrido un cambio brutal en los últimos dos siglos que es imposible no conectar causalmente con el capitalismo. El capitalismo ha eliminado miles de especies ; ha horadado la tierra, ha esquilmado el mar, ha destruido bosques, ha fundido glaciares, ha aumentado la radioactividad, ha creado aglomeraciones humanas inabarcables, ha derribado tradiciones milenarias, ha acabado con culturas, religiones, lenguas y códigos éticos. El mundo actual sería irreconocible para alguien de hace solo dos siglos. El motor de toda esta destrucción es el plusvalor, o, si lo preferimos, la ribâ. O peor aún, en lo que se está convirtiendo todo el mundo, nosotros, los seres humanos también, es en una inmensa masa de plusvalor que crece y se reproduce devorando todo lo que queda en el mundo que aun no lo es. Esto es lo que algunos teólogos de la Liberación cristianos han denominado con toda exactitud "el Mal estructural."


Un hadiz profético

Quiero terminar citando un hadiz.
Un hadiz es un dicho o hecho atribuido por la tradición a Mahoma. Al contrario que las azoras del Corán, que los musulmanes consideramos no palabras de Mahoma, sino de Dios, los hadices son obra del Profeta, aunque en algunos casos se consideran inspirados por Dios. En árabe, a Mahoma se le denomina Rasul. Aunque se suele traducir así, Rasul no significa "profeta" en el sentido que se le suele dar coloquialmente hoy día, como alguien capaz de pronosticar acontecimientos del futuro. Significa más bien, Mensajero. Sin embargo este hadiz sí que creo que tiene un espeluznante carácter profético, en el sentido de que describe a la perfección el trágico panorama de este mundo nuestro actual. Solo hay que, según hemos argumentado, leer "plusvalor" donde pone "ribâ". Compárese con lo que decíamos arriba de un mundo en el que devoramos y somos devorados por el plusvalor.

Cuenta Abu Hureyra: El Profeta, la paz sea con él, dijo: "Llegará ciertamente un tiempo a la Humanidad en el que no quedará nadie que no devore ribâ, y si queda alguno, no podrá evitar contaminarse con ella."

(Abu-Dawud: Kitab Al-Buyu)


jueves, 31 de marzo de 2011

MANIFESTACIÓN CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LIBIA



Manifestación unitaria contra la Guerra
Domingo 3 de Abril de 2011 a las 12:00h
Plaza Nueva (Sevilla) 
 
NO A LA GUERRA

NO EN NUESTRO NOMBRE

SOLIDARIDAD CON LOS PUEBLOS

Las organizaciones y colectivos abajo firmantes queremos expresar a través de este comunicado nuestro más contundente rechazo a la aprobación, por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de la zona de exclusión aérea en territorio libio, y nuestra apuesta por la paz y contra cualquier intervención militar extranjera en cualquier país. Saludamos las movilizaciones de los pueblos árabe y del Norte de África por los derechos sociales y las libertades democráticas y condenamos la represión violenta de los gobiernos contra manifestaciones pacíficas.

Denunciamos que los medios de comunicación corporativos han hecho un uso absolutamente intencionado de la información referente a los conflictos sucedidos en Libia, descontextualizando y manipulando descaradamente los hechos, con la finalidad de imponer en Occidente una visión deformada de este país, dejando el terreno ideológico bien preparado para justificar la intervención.

Condenamos de manera contundente la intervención militar en la que están participando varios estados, entre ellos España como uno de los promotores de la acción de guerra en la gestión de esta crisis, y denunciamos el doble rasero con que dichos estados justifican sus ataques bajo la excusa de la defensa de los derechos humanos de la población libia, cuando jamás han promovido la defensa de estos mismos derechos humanos para pueblos que están siendo sometidos a genocidios y que además la ONU ha reconocido en sus propias resoluciones, siendo los ejemplos más claros los pueblos saharaui y palestino. Pedimos el procesamiento de los líderes internacionales y en concreto de los diferentes gobiernos españoles que han consentido la venta de armas en el exterior.

No dudamos -y nos basamos en experiencias anteriores (Irak, Afganistán, etc)- al afirmar que estas intervenciones, muy lejos de buscar proteger a la población, tienen como único objetivo esquilmar los recursos naturales, petróleo y gas en el caso libio, y con este fin ya se están reuniendo los Ministros de Energía de los estados atacantes.

Denunciamos al Gobierno del Reino de España que utiliza las bases de Rota y Morón como enclaves esenciales de la OTAN para las operaciones militares de ataque contra otros pueblos, poniendo en riesgo a Andalucía. De nuevo se va a utilizar nuestra tierra, mediante las bases militares extranjeras, para llevar la muerte y la destrucción a otros países. El Pueblo Andaluz se enfrenta a una guerra sin que se nos haya consultado.

Entendemos que ha de ser el pueblo libio el único actor para decidir la conformación de su futuro como nación, y es el pueblo libio el que ha de resolver sus conflictos y no las potencias imperialistas extranjeras, cuyas intervenciones militares sólo se pueden traducir en más víctimas y en un empeoramiento de las condiciones de vida de la población. Exigimos políticas de Paz y de Desarme, políticas basadas en la cooperación económica, social y cultural entre los pueblos, así como respeto real y efectivo de los Derechos Humanos en todo el mundo. Los gastos militares para fines sociales.

Hacemos un llamamiento a la ciudadanía andaluza para que manifieste su rechazo a esta nueva agresión neo-colonial y la utilización para ello de las bases militares extranjeras en nuestro país.

CONVOCA: PLATAFORMA CONTRA LA GUERRA

APDHA – Andalucía Comunista – Bartolomé de las Casas – CEDESPAZ – CGT – CUT-BAI – Ecologistas en Acción – En Lucha – Izquierda Anticapitalista – Izquierda Unida LV-CA – Jaleo!!! – JCA – JIRA – Nación Andaluza – PCA – Plataforma de Solidaridad con Palestina – SAT – UCAR – UJCE

APOYAN: Casa de la Paz – Foro Social de Sevilla – Mujeres de Negro

viernes, 25 de marzo de 2011

Andalucía dice ¡No a la Guerra!

El sábado 19 de marzo se iniciaron las operaciones militares contra Libia auspiciadas por EE.UU., y con la colaboración de diversos estados europeos, incluido el Estado Español. Rodríguez Zapatero que llegó a La Moncloa aupado por el “No a la Guerra”  se va a despedir de la mano de una intervención imperialista que quiere una vez más cambiar sangre por petróleo. De nuevo se va a utilizar nuestra tierra, mediante las bases militares extranjeras, para llevar la muerte y la destrucción a otros países. El Pueblo Andaluz se enfrenta a una guerra sin que se nos haya consultado.
Como ya ocurrió en Afganistán e Irak, con el pretexto de las ayudas humanitarias, la defensa de la población civil o la seguridad internacional, se está produciendo una agresión a un Estado soberano con el único objetivo de apropiarse y expoliar sus riquezas naturales en beneficio de las multinacionales occidentales.
La ONU, que lleva décadas permitiendo la ocupación de Palestina, la anexión del Sahara Occidental, el bloqueo de Cuba o las constantes violaciones de la legislación internacional por los diversos imperialismos, carece de toda legitimidad moral para imponer sanciones mientras siga siendo usada como títere diplomático al servicio de los intereses geoestratégicos de las potencias occidentales. Tampoco la posee una OTAN que, además de ser sólo el brazo armado para la imposición de los intereses occidentales, incumple reiteradamente esa legalidad internacional que dice defender.
Denunciamos a los gobiernos europeos, al estadounidense y al español, que utilizan las bases impuestas de Rota, Morón y Gibraltar como enclaves esenciales de las operaciones militares de ataque contra otros pueblos, poniendo en riesgo a Andalucía. El que el Pueblo Andaluz sea implicado en estos hechos sin su consentimiento es otra prueba más de la importancia de la lucha por la recuperación de nuestra soberanía nacional. Mientras no tengamos el derecho a decidir, por nosotros/as y en exclusividad, nuestro destino como pueblo, seguiremos estando en manos de intereses ajenos.
Esta situación de riesgo y de utilización con fines bélicos del territorio andaluz, pone de manifiesto lo acertado de la lucha por el cierre de las bases militares de Rota, Morón y Gibraltar. De la necesidad de impulsar un movimiento capaz de acabar con ellas como plataformas de muerte y destrucción para otros pueblos y de amenaza para el nuestro.
Hacemos un llamamiento a las distintas organizaciones sociales, sindicales y políticas de nuestro país a unir fuerzas con vistas a realizar una campaña de movilizaciones unitarias contra la agresión neocolonial de las potencias occidentales contra Libia y la utilización para ello de las bases militares extranjeras en nuestro país.


ALTO A LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA EN LIBIA!
OTAN NO, BASES FUERA!
NO A LA GUERRA!

Andalucía Comunista (AC)
Colectivo de Unidad de los Trabajadores – Bloque Andaluz de Izquierda (CUT–BAI)
Jaleo!!! Jóvenes andaluces/zas independentistas
Juventud Independentista Revolucionaria Andaluza (JIRA)
Nación Andaluza (NA)
Sindicato Andaluz de Trabajadores/as (SAT)

sábado, 12 de marzo de 2011

BELLISIMOS HADICES DEL BELLISIMO PROFETA, VOLUMEN 1º


Por Ibrahim Ramírez

La Rahma y la Gadab de Allah
Abu Huraira (r.a.) relató que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Allah (s.w.) dijo: Mi Rahma ha precedido a mi Gadab."

Tronos de Luz
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "En el Yaum al-Qiyama habrá gente que se levante de sus tumbas sobre tronos de luz." Le preguntaron al profeta quiénes eran esas personas, si eran los sabios, a lo que respondió: "No, son las personas que resuelven los problemas de otras personas."

Cuando alguien comete una falta
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Cuando alguien comete una falta Allah le roba su ´aql (razón, intelecto) y luego se la devuelve para que pueda arrepentirse."

Un hombre temeroso
Abu Said (r.a.) narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) contó que entre loa antiguos que Allah había bendecido con riquezas e hijos, cuando la muerte se acercó, preguntó a sus hijos: -Cómo he sido como padre?- Ellos contestaron: -Has sido el mejor de los padres.- El hombre dijo: -No he realizado buenas acciones para con Allah. Si El toma posesión de mi [con la muerte], me castigará. Así que cuando muera, quemadme hasta hacerme carbón, entonces aplastadme bien y esparcid mis cenizas al aire un día tormentoso [así Allah no podrá juzgarme ni reconstruirme en el Yaum al-Qiyama].- El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "El hombre tomó el compromiso a sus hijos y murió. Ellos hicieron con su cuerpo lo indicado en su última voluntad. Allah (s.w.) en el Yaum al-Qiyama creó al difunto nuevamente y le dijo: "Oh siervo mío! Qué fue lo que te indujo a hacer lo que hiciste? A lo que el hombre contestó: Fue el temor a ti!" El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Entonces Allah lo cubrió con su Rahma [y lo hizo entrar en el Yanna debido a su temor por El]." Continuó diciendo el profeta Muhammad (s.a.s.): " No lo cubrió sino con ella [su Rahma]".

El Transgresor
Abu Huraira narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Dijo Allah (s.w.): Quién puede ser más transgresor que quien intenta crear como lo que he creado? Que cree! (en evidente desafío), si es que puede! Un átomo, o un grano o una de semilla de cebada!".

Entrar en el Yanna
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Lo que más hará entrar a la gente en el Yanna son la conciencia de Allah (s.w.) y el buen carácter."

El carácter del Islam
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Cada din (camino) tiene carácter propio. el carácter del Islam es la humildad."

Iman
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "La ira corrompe el Iman así como el vinagre corrompe la miel."

Lo que Allah mira
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Ciertamente, Allah (s.w.) no mira ni vuestros cuerpos ni vuestra imagen, sino vuestros corazones."

Donde está Allah
Abu Huraira (r.a.) narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Allah (s.w.) dijo: Yo estoy donde está la intención de mi siervo, y estoy con el que me recuerda. Si me recuerda dentro de sí, Yo le recuerdo dentro de mí. Si me recuerda entre un grupo de hombres, Yo le recuerdo dentro de un grupo de quienes son mejores que los hombres [los malaika]. Si se acerca a mí un palmo, Yo me acerco a él un brazo. Si se acerca a mí un brazo, Yo me acerco a él dos brazos. si viene a mí andando, Yo voy a él corriendo. Si viene a mí corriendo, Yo voy a él volando. Y mientras no me haya asociado puede venir cualquier hombre con un error del tamaño de la Tierra, que Yo le recibo con el mismo tamaño de magfira (beneficio). El que me busca, ya me ha encontrado."

El deseo de Allah
Según Abu Huraira (r.a.) el profeta Muhammad (s.a.s.) recordó estas palabras de Allah (s.w.): "Si mi siervo desea encontrarse conmigo, Yo deseo encontrarme con él. Quien quiera que no desee encontrarme, no deseo encontrarle."

Los íntimos de Allah
Abu Huraira (r.a.) dijo que el profeta Muhammad (s.a.s.) contó: "Son palabras de Allah (s.w.): Me declara la guerra el que provoca a uno de mis íntimos. Y para ser uno de mis íntimos no hay nada mejor que pueda hacer mi siervo que todo aquello que siendo de mi agrado no he llegado a ordenarlo. De este modo, se va acercando mi siervo con los Salat sunna (oración voluntaria), hasta que yo quiera. Y cuando le quiero, me convierto en el oído con el que oye, en el ojo con el que ve, en la mano que mueve y en los pies con los que anda. Y si me pide, le doy; y si busca refugiarse en mí, le protejo. En nada dudo tanto al actuar, como coger el alma de uno de estos siervos míos que no desea la muerte [cuando le ha llegado su hora], pues no deseo nada malo para él."

El dikr y los  malaika
Según Abu Huraira (r.a.), en cierta ocasión el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Allah (s.w.) tiene a los malaika que dan vueltas por los caminos, buscando a la gente que hacen dikr.  Cuando se encuentran a un grupo [de hombres o mujeres] haciendo dikr, se sientan con ellos y les rodean con sus alas hasta el cielo del mundo visible. Cuando el grupo ha terminado y se dispersa, suben los malaika al lugar del cielo donde está su señor. Allah (s.w.), aunque todo los sabe, pregunta: De dónde venís? Ellos le contestan: -Venimos de estar con unos siervos tuyos en el Dunia (la Tierra), que te glorifican, enaltecen y recitan tu nombre, te alaban y te piden.- Y qué te piden? -Te piden el Yanna-, dicen los malaika. Allah (s.w.) dice: Y han visto mi Yanna? -No, mi Señor- contestan los malaika. Y cómo se comportarían si lo hubiesen visto? Los malaika quedaron en silencio, para a continuación decir: -Y también buscan salvación de ti- Y de qué quieren salvarse? Dijo Allah (s.w.). -De tu Nar (fuego), mi Señor.- Y han visto ellos mi Nar? -No-, contestaron los  malaika. Y cómo actuarían si lo vieran? Los malaika quedaron en silencio y luego dijeron: -También te piden que olvides lo que han hecho mal-. Contesta Allah (s.w.): sus errores ya han sido borrados y les he concedido lo que me han pedido [el Yanna]; les he librado de aquello que temían [el Nar]. Entonces los malaika se dirigen a Allah (s.w.) y le dicen: -Mi Señor, hay uno de ellos que no estaba haciendo dikr, sino que se sentó con ellos por equivocación.- A lo que Allah (s.w.) contesta: Sus errores también han sido borrados. Ellos son el grupo y no se privará de mi Compasión aquel que se sentó con ellos!"

La Gloria y el Orgullo
Abu Huraira (r.a.) y Abu Said al Judri (r.a.) relataron que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Allah (s.w.) ha dicho: La Gloria es mi vestimenta y el Orgullo mi capa. Quien me las dispute he de castigarlo."

Subhanallahi wa bihamdih
Yabir (r.a.) oyó decir al profeta Muhammad (s.a.s.): "A quien diga subhanallahi wa bihamdih (Gloria y alabanzas a Allah) se le plantará una palmera en el Yanna."

Allah y el Tiempo
Según Abu Huraira (r.a.), el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo una vez: "Ha dicho Allah (s.w.): Me provoca el hijo de Adam (s.a.s.), insulta el tiempo y yo soy el tiempo! En mis manos está la decisión: cambio la noche por el día."

La desgracia a un musulmán
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Cualquiera que fuere la desgracia que le ocurriera a un musulmán: cansancio, enfermedad, tristeza, dolor o incluso una espina que se le clavara, servirá para que Allah (s.w.) lo purificara de sus faltas."

Oh Ali!
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Oh Ali! Bienaventurada sea aquella imagen de alguien a quien Allah (s.w.) ve llorar por haber cometido una transgresión de la cual no está informado nadie más que Allah (s.w.)."

Mira a quien desobedeciste
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "No mires lo pequeño de la falta, sino observa a quien desobedeciste."

Reconciliar a dos personas
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Reconciliar a dos personas es mejor que la totalidad de salat y ayunos."

Quien orienta hacia lo bueno
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Quien orienta hacia lo bueno es como quien lo realiza."

El musulmán para otro musulmán
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "El musulmán es para otro musulmán como una construcción en la que una de las partes se sujetan a otras (y dijo esto entrelazando sus dedos)."

La lengua
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo. "Los conflictos que ocasiona la lengua son mayores que los golpes de espada."

Los favores
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "El que la gente necesite de vosotros es uno de los favores de Allah (s.w.) para con vosotros; así pues, no os hartéis de los favores."

Tres cosas que Allah ama y tres cosas que no
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Hay tres cosas que Allah (s.w.) ama: que se hable poco, que se duerma poco y que se coma poco. Y hay tres cosas que Allah (s.w.) aborrece: que se hable mucho, que se duerma mucho y que se coma mucho."

Corazones como pájaros
El profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Estarán en el Yanna personas cuyos corazones serán como el de los pájaros."

La ilaha illa Allah
Abu Said narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Aquel cuyas últimas palabras sean "la ilaha illa Allah" entrará en el Yanna."

Donde pasa la noche Shaitan
Abu Huraira narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Cuando alguno de vosotros se despierte de su sueño, que se lave la nariz tres veces, ya que ciertamente Shaitan (Satán/Satanás) pasa la noche en el interior de la nariz."

Lo que Allah tiene en el Yanna
Abu Huraira (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Allah (s.w.) dijo: He preparado a mis siervos justos, lo que jamás vio ojo alguno, ni ha escuchado oído alguno, ni ha pasado por imaginación alguna! Y recitad si queréis: Nadie sabe lo que hay escondido para ellos, de cuanto puede deleitar a la vista."

Los grados del Yanna
Abu Muguíra Ibn Shuba (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Preguntó Sidna Musa (el profeta Moisés, s.a.s.) a su Señor: Quién será el de menor grado entre la gente del Yanna? Dijo Allah (s.w.): -Será un hombre que vendrá, después de que hayan entrado en el Yanna la gente del mismo. Se le dirá: Entra en el Yanna!. Y dirá: -Oh Señor! Cómo voy a entrar si todos han ocupado sus respectivos lugares y cogido sus recompensas?-. Se le dirá: Te gustaría tener tanto como uno de los reyes del mundo? Para ti eso y cuatro veces más! Dirá: -Oh Señor! Estoy satisfecho!-. Se le dirá: Para ti eso y diez veces más! También lo que le apetezca a tu espíritu y lo que deleite a tus ojos! Dirá: -Oh Señor! Estoy satisfecho!-. Musa volvió a preguntar: -Y los de más alto grado?-. Y dijo Allah (s.w.): Aquellos que yo quise, sembré en ellos su generosidad con mis propias manos, sellándolos! Su recompensa será tal como jamás vieron los ojos, ni la escucharon oídos, ni la imaginó persona alguna."

Tres clases de persona que Allah no mirará
Abu Huraira (r.a.) narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "A tres clases de persona no les hablará Allah (s.w.) en el Yaum al Qiyama, ni los purificará y tampoco mirará [no tendrá para ellos mirada de compasión, que tanto necesitarán], tendrán un castigo doloroso: un viejo adúltero, un rey mentiroso -y falso- y un pobre engreído."

Luz, fuego y barro
Aisha (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Los malaika han sido creados de Luz; los yinns de Fuego; y Adam (s.a.s.) de lo que se os ha descrito [de barro]." Ella mismo dijo: "El carácter del profeta Muhammad (s.a.s.) era el Quran."

La historia sobre la anciana
Cuentan los sahaba que en cierta ocasión una anciana se acercó a Rasulullah (s.a.s.) y le pidió que invocara en su favor pidiendo a Allah que la hiciera entrar en el Yanna. Entonces el profeta Muhammad (s.a.s.) de dijo: "Las ancianas no entran en el Yanna, …" Entonces la mujer se alejó llorando y Rasulullah (s.a.s.) inmediatamente envió a alguien para que le explicara que no entraría en el Yanna como anciana o anciano, sino como adolescente. [En el Corán, Allah (s.w.) dice: "Les volveremos a dar forma de adolescentes cuando entren en el Yanna."]

Algo sencillo
Abu Huraira (r.a.) narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo una vez: "He visto gente disfrutando de las delicias del Yanna, por su sencilla acción de podar un árbol que obstaculiza el paso a los musulmanes."

Lo mejor es la mujer
Abdallah Ibn Abu Dhiyab (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "El mundo es disfrute, y el mejor disfrute es una mujer con cualidades".

El malak del camino
Abu Huraira (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Un hombre fue a visitar a su hermano que tenía en un pueblo y Allah (s.w.) puso un malak en su camino. Le preguntó [el malak]: Dónde quieres ir? Y le contestó el hombre: -Quiero ver a un hermano que tengo en el pueblo-. El malak dijo: Y quieres hacerle algún favor especial? A lo que el hombre contestó: -No, sólo lo quiero ver por amor a Allah (s.w.)-. En ese momento el malak le dijo: Pues Allah (s.w.) me envía para decirte que El te ama como tú le amas a El."

Toda buena acción es sadaqa
Yabir (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Toda buena acción es sadaqa (limosna)."

Quien ama, que lo diga
Abu Karima (r.a.) dijo que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Si un hombre ama a su hermano, que se lo diga."

Quien me vea en sueños
Abu Huraira (r.a.) contó que Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Quien me vea en sueños me verá despierto, o como si me viera despierto; Shaitan no podrá suplantarme."

Quien no tiene Corán dentro
Ibn Abbás (r.a.) transmitió que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Aquel que en su interior no tiene nada del Corán memorizado es como una casa abandonada."

Tu última aleya del Corán
Abdallah Ibn Amr (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Se le dirá en el Yaum al Qiyama a aquel que haya estudiado el Corán y lo haya puesto en práctica: Recita como lo hacías en el Dunia (la Tierra, el mundo) y eleva tu categoría! Pues, tu grado en el Yanna será de acuerdo con la última aleya que recites!"

Cada paso a una mezquita
Abu Huraira (r.a.) dijo que oyó decir al profeta Muhammad (s.a.s.): "Quien haga el wudu (ablución) en casa y después acuda a una mezquita para hacer unos de los Salat dichos por Allah (s.w.), de los pasos que diera en dirección a la mezquita: uno borraría una mala y otro lo elevaría un grado en el Yanna."

El mejor día es el Yumua
Abu Huraira (r.a.) narró que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "El mejor día en el que ha salido el sol es el Yumua: En el fue creado Adam (s.a.s.), en este día entró en el Yanna y en este mismo día fue sacado de él."

El herido en combate
Abu Huraira (r.a.) contó que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Aquel herido por la causa de Allah (s.w.) vendrá el Yaum al Qiyama  con su herida manándole sangre; su color será el de la sangre y su olor será la fragancia del almizcle!"

Dos ojos que no tocarán el fuego
Ibn Abbás (r.a.) oyó decir al profeta Muhammad (s.a.s.): "A dos ojos no los tocará el fuego: un ojo que llorase por la Majestad e Inmensidad de Allah (s.w.) y un ojo que durmiese vigilante por la causa de Allah (s.w.)!"

Nadie salvo el Shahid quiere volver
Anás (r.a.) transmitió que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "No hay nadie que entre en el Yanna y quiera volver a este mundo, aunque tuviera [en él] todo lo que hubiera en la Tierra, excepto el Shahid (quien muere por Allah). Así hasta diez veces, por lo que hay de milagroso en ello." (Los Shahid cuando están en el Yanna Allah (s.w.) les dice: "Deseáis algo más?" y ellos sólo piden volver a la Tierra para volver a morir por El. Entonces Allah (s.w.) les dice: "Veo que no queréis nada más.").

Dónde estaré si muero?
Según Yabir (r.a.), un hombre pregunto al profeta Muhammad (s.a.s.): "Dónde estaría yo, Rasulullah, si mueriese en el Yihad? El profeta Muhammad (s.a.s.) le dijo: -En el Yanna-. A continuación éste hombre arrojó los dátiles que tenía en su mano y preparó para luchar hasta su final en combate.

La hawla wa la qwata illa billah
Abu Musa (r.a.) transmitió que el profeta Muhammad (s.a.s.) dijo: "Quieres que te guíe a un tesoro de entre los tesoros del Yanna? Dije: -Claro que si, Rasulullah!-. Dijo entonces el profeta Muhammad (s.a.s.): La hawla wa la qwata illa billah! (No hay poder ni fuerza, excepto por Allah!)."
 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Malcolm X, la historia de un musulmán revolucionario



Primeros años de Vida
Malcolm X nació como Malcolm Little el 9 de mayo de 1925 en Omaha, Nebraska. Su madre, Louis Norton Little, era un ama de casa ocupada con ocho niños. Su padre, Earl Little, un Pastor Bautista y un ávido partidario del líder nacionalista negro Marcus Garvey. Los derechos civiles del activismo de Earl produjeron amenazas de muerte de la organización de supremacía blanca Black Legion, forzando a la familia a mudarse dos veces antes de que Malcolm cumpla cuatro años. Sin importar los esfuerzos de Little por eludir la Legion, en 1929 su hogar en Lansing, Michigan fue incendiado, y dos años más tarde se halló el cuerpo mutilado de Earl en los caminos del trolley de la ciudad cuando Malcolm tenía solo seis años. Louise tuvo problemas emocionales unos años después de la muerte de su marido y fue internada en una institución mental. Sus hijos fueron separados entre varios hogares sustitutos y orfanatos.
Malcolm era un estudiante muy astuto y aplicado y se graduó de la escuela primaria con el mejor promedio. Sin embargo, cuando su profesor favorito le dijo que su sueño de convertirse en abogado no era nada realista para un negro, Malcolm perdió el interés en la escuela y abandonó el estudio a los quince años. Aprendiendo en la calle, Malcolm se acostumbró a convivir con matones, ladrones, traficantes y proxenetas. Condenado por robo a los veinte, permaneció en prisión hasta los veinte siete. Durante su estadía en la prisión, intentó educarse a sí mismo. Además, durante su periodo en prisión, aprendió acerca de la Nación del Islam, estudiando las enseñanzas de Elijah Muhammad. En 1952 salió de prisión como un hombre nuevo.

‘Nación del Islam’
Ante su liberación, Malcolm se dirigió a Detroit, se unió a las actividades diarias de la secta, y fue instruido directamente por Elijah Muhammad. El compromiso propio de Malcolm ayudó a la construcción de la organización mundialmente, convirtiéndolo en una figura internacional. Fue entrevistado en los mejores programas televisivos y por numerosas revistas, y disertó en todo el país en varias universidades y otros foros. Su poder yacía en sus palabras, que describían tan vívidamente las luchas de los negros y la discriminación vivida de parte de los blancos. Cuando un blanco se refería al hecho de que algunas universidades del sur habían aceptado a negros sin bayonetas, Malcolm reaccionaba con desdén:
Cuando resbale, el programa anfitrión saltaba al anzuelo: ¡Aahh! Si, el Sr. Malcolm X -- ¡no puede negar que hay un avance para los de su raza! No puede ser. No puedo andar sin escuchar a alguien hablar acerca del “¡avance de los derechos civiles!” parecería que los blancos piensan que los negros deberían estar gritando ¡‘Aleluya’! Durante cuatrocientos años los blancos clavaron sus cuchillos en las espaldas de los negros ¡y ahora que los blancos comienzan a desclavarlos unas 6 pulgadas! ¿Se supone que los negros deberían estar agradecidos? Aunque el hombre blanco sacara el cuchillo, ¡aun dejaría cicatrices!
Aunque las palabras de Malcolm arden con las injusticias en contra de los negros en América, los igualmente racistas puntos de vista de la Nación del Islam hicieron que no aceptara la ayuda sincera de ningún blanco. Por doce años, predicó que el hombre blanco era el diablo y el Honorable Elijah Muhammad era el mensajero de Dios. Desafortunadamente, la mayoría de las imágenes de Malcolm hoy en día se enfocan en este periodo de su vida, aunque la transformación que estaba a punto de sobrellevar le daría un mensaje completamente diferente, y más que nada importante a los norteamericanos.

El Cambio al verdadero Islam
El 12 de marzo de 1964, impulsado por la envidia interna de la Nación del Islam y las revelaciones de la inmortalidad sexual de Elijah Muhammad, Malcolm dejó la Nación del Islam con la intención de comenzar su propia organización:
"Me siento como un hombre que ha estado dormido y de algún modo actuaba bajo el control de otro. Anteriormente, actuaba por y bajo la guía de otro, ahora pienso por mí mismo."
Malcolm tenía treinta y ocho años cuando dejo la Nación del Islam de Elijah Muhammad. Comentando hechos que ocurrieron antes de partir, dijo:
"En una u otra facultad o universidad, generalmente en las reuniones informales en las que hablaba, tal vez una docena de blancos venían a mi después de mi charla, identificándose a sí mismos como árabes, musulmanes del Medio Oriente o del norte de África, que se encontraban de visita, estudiando, o viviendo en los Estados Unidos. Me dijeron que, no obstante mis afirmaciones blancas, sentían que era sincero al considerarme a mí mismo como musulmán, y que sentían que estaba expuesto a lo que ellos siempre llamaron el verdadero Islam, lo entendería y lo abrazaría. Automáticamente, como un seguidor de Elijah, me molestaba por cualquier cosa que decían. Pero en la privacidad de mis propios pensamientos después de varias de estas experiencias, si me cuestioné a mi mismo: si alguien era sincero al profesar una religión, ¿por qué debería obstaculizarse la ampliación del conocimiento de esa religión?
Esos musulmanes ortodoxos que conocí, uno después del otro, me incitaron a conocer y hablar con el Dr. Mahmoud Youssef Shawarbi. . . . Luego un día el Dr. Shawarbi y yo fuimos introducidos por un hombre del periódico. Era un hombre cordial. Me dijo que me había seguido en la prensa; yo le dije que me habían hablado de él, y hablamos unos quince o veinte minutos. Los dos teníamos que partir, cuando me dijo algo cuya lógica nunca pudo salir de mi cabeza. Me dijo: Ningún hombre ha creído perfectamente hasta que le desea a su hermano lo que desea para sí mismo. Un dicho del Profeta Muhammad, que Dios le de paz."

El Efecto de la Peregrinación
Malcolm continúa hablando acerca del Hayy:
La peregrinación hacia la Meca, conocida como el Hayy, es una obligación religiosa que desarrolla cada musulmán ortodoxo, si puede, al menos una vez en su vida. El Sagrado Corán lo dice:
“Es una obligación para los hombres peregrinar a esta Casa si se encuentran en condiciones de hacerlo [físicas y económicas]… ”
(Corán 3:97)
“Convoca a los hombres a realizar la peregrinación; vendrán a ti a pie, o sobre camellos exhaustos de todo lugar apartado.”
(Corán 22:27)
Cada uno de los miles en el aeropuerto, a punto de partir a Jiddah, se vestía de esta manera. Podrías ser un rey o un campesino y nadie lo sabría. Por lo tanto, personas poderosas, que me señalaron discretamente, llevaban puesta la misma ropa que yo. Una vez vestidos así, todos comenzamos a decir intermitentemente Labbayka! Allahumma Labbayk! (Aquí estoy ¡Oh Allah! Respondiendo a tu llamada) ¡En el avión había personas blancas, negras, marrones, rojas y amarillas! Todos honrando al mismo Allah, todos honrándonos entre nosotros…
Fue allí cuando volví a apreciar al hombre blanco. Fue la primera vez que comencé a percibir que el hombre blanco, como solía hacerlo, significa complexión solo secundariamente; primariamente describía actitudes y acciones. En Norte América, hombre blanco significaba actitudes específicas y acciones hacia los hombres negros, y todos los no blancos. Pero en el mundo musulmán, he visto que el hombre blanco era genuinamente más fraternal que las demás personas. Esa mañana fue el comienzo de una alteración radical de toda mi perspectiva acerca de los hombres blancos.
Había ciento de miles de peregrinos, de todo el mundo. Eran de todos colores, desde rubios de ojos celestes hasta africanos de piel negra. Pero todos participaban en el mismo ritual emanando un espíritu de unidad y hermandad que mis experiencias en Norte América me habían llevado a creer que nunca existirían entre los blancos y los no blancos… Norte América necesita entender el Islam, porque esta es una religión que borra de su sociedad el problema de la raza. A través de mis viajes por el mundo musulmán, he conocido, hablado y hasta comido con gente que en Norte América hubiese sido considerada blanca, pero la actitud blanca no estaba en su mente debido a la religión del Islam. Nunca antes había visto la hermandad sincera y verdadera practicada por todos hombres, sin importar su color.

La Nueva Visión de Norte América de Malcolm
Malcolm continúa:
Cada hora aquí en la Tierra Sagrada me permite tener una mirada más espiritual de lo que sucede en Norte América entre los negros y los blancos. El negro Norte Americano no puede ser nunca culpado de sus animosidades raciales, solo reacciona a cuatrocientos años de consciencia de racismo de los blancos Norte Americanos. Pero como el racismo lleva a Norte América al camino del suicidio, creo, desde las experiencias vividas con ellos, que los blancos de las generaciones más jóvenes, en colegios y universidades, verán la letra en la pared, y muchos de ellos tomarán el camino espiritual de la verdad, la única manera que le queda a Norte América para salvarse del desastre inevitable del racismo.
Creo que Dios ahora le está dando a la llamada sociedad blanca ‘cristiana’ la última oportunidad de arrepentirse y reparar los crímenes de explotación y esclavitud de las personas del mundo no blancas. Es exactamente como cuando Dios le dio al Faraón la oportunidad de arrepentirse. Pero el Faraón persistió en su negación de brindar justicia a aquellos oprimidos. Y sabemos, que Dios finalmente destruyó al Faraón.
Nunca olvidaré la cena con el Dr. Azzam. Cuanto más hablamos, mas ilimitada parece su variedad y reserva de conocimiento. Habló del linaje racial de los descendientes de Muhammad, que Dios le de paz, el Profeta, y mostró que eran los dos, negros y blancos. También destacó como el color, y los problemas de color que existen en el mundo musulmán, existen solo donde, y al punto en que, el área fue influenciada por la colonización Occidental. Dijo que si encontraba alguna diferencia basada en la actitud para con el color, esto directamente reflejaba el grado de influencia de occidente.

La Unicidad del Hombre Bajo Un Solo Dios
Fue durante su peregrinación que comenzó a escribir algunas cartas a sus leales asistentes en la nueva Mezquita musulmana en Harlem. Pidió que sus cartas fuesen duplicadas y distribuidas a la prensa:
“Nunca antes fui testigo de tan sincera hospitalidad y del insuperable espíritu de verdadera hermandad como se practica por las personas de todos los colores y razas aquí en esta antigua Tierra Sagrada, el hogar de Abraham, Muhammad, y todos los demás profetas de las Sagradas Escrituras. La semana que pasó, quedé sin habla y hechizado por la gracia que veo emanar alrededor mío por personas de todos los colores.
“Es increíble que estas palabras salgan de mi. Pero en esta peregrinación, lo que he visto, y experimentado, me ha forzado a reorganizar muchos de mis patrones de pensamientos antiguos, y a dejar de lado algunas de mis conclusiones previas. Esto no fue muy difícil para mí. A pesar de mis firmes convicciones, siempre he sido un hombre que trata de enfrentar los hechos, y aceptar la realidad de la vida como la nueva experiencia y conocimiento lo presenta. Siempre he tenido la mente abierta, algo necesario para la flexibilidad que debe ir mano a mano con cada forma inteligente de buscar la verdad.
“Durante los pasados siete días aquí en el mundo musulmán, he comido del mismo plato, bebido del mismo vaso, y dormido en la misma cama (o en la misma alfombra), mientras rezamos al mismo Dios, con los compañeros musulmanes, cuyos ojos eran los más azules de los azules, cuyo cabello era el más rubio de los rubios, y su piel la mas blanca de las blancas. Y en sus palabras y acciones y en los actos de los musulmanes “blancos”, sentí la misma sinceridad que sentí entre los musulmanes africanos negros de Nigeria, Sudan y Ghana.
“Éramos realmente todos iguales (hermanos), porque sus creencias en un Dios habían removido lo “blanco” de sus mentes, lo ‘blanco’ de su comportamiento, y lo ‘blanco’ de su actitud.
“Pude concluir de eso, que tal vez si los norte americanos blancos pudiesen aceptar la Unicidad de Dios, entonces tal vez, también, podrían aceptar en realidad la unicidad del hombre, un arma para medir, y entorpecer, y lastimar a otros en términos de su “diferencia de color”.
“Con el racismo plagado por Norte América como un cáncer incurable, el corazón del llamado “cristiano” Norte Americano blanco debería ser más receptivo a una solución probada para tal problema destructivo. Tal vez podría ser a tiempo para salvar a Norte América del inminente desastre, la misma destrucción que llevó el racismo a Alemania que eventualmente destruyó a los alemanes mismos.
“Me preguntaron qué cosa acerca del Hayy me impresionó mas. . . . Dije: “¡La hermandad! ¡Personas de todas las razas, colores, de alrededor del mundo juntas! Eso ha probado el poder de Un Dios… Todos comían como uno, y dormían como uno. Todo en la atmósfera de la peregrinación acentuaba la Unicidad de Un Dios”.
Malcolm regresó de su peregrinación como El-Hayy Malik al-Shabazz. Tenía una nueva mirada espiritual. Para él, la lucha había evolucionado desde la lucha de los derechos civiles de un nacionalista a la lucha de los derechos humanos de un internacionalista y humanitario.

Después de la Peregrinación
Con reporteros que deseaban aprender acerca de las opiniones de El-Hayy Malik. Ellos apenas creían que el hombre haya predicado contra ellos tanto tiempo y de pronto los llame hermanos. A estas personas El-Hayy Malik tenía esto para decirles:
“Me estás preguntando ‘¿No has dicho que ahora aceptas hombres blancos como hermanos?” Bien, mi respuesta es que en el mundo de los musulmanes, vi, sentí, y escribí acerca de cómo mi pensamiento se amplió. Al escribir, compartí verdadero amor fraternal con muchos hermanos musulmanes blancos quienes jamás expresaron un solo pensamiento racista, acerca de otro musulmán.
“Mi peregrinación me amplio la mente. Me bendijo con un nuevo punto de vista. En dos semanas en la Tierra Sagrada, vi lo que nunca llegué a ver en treinta y nueve años aquí en Norte América. ¡Vi razas, todos los colores, desde rubios de ojos azules hasta negros africanos en verdadera fraternidad! ¡En unidad! ¡Viviendo todos en uno! ¡Adorando como uno! Sin segregacionalistas sin liberales; ellos no hubiesen sabido cómo interpretar el significado de esas palabras.
“En el pasado, sí, he acusado ampliamente a los blancos. Nunca más seré culpable de eso como ahora sé que algunas personas blancas son verdaderamente sinceras, que algunos blancos son verdaderamente capaces de ser fraternales con los negros. El verdadero Islam me ha demostrado que las acusaciones hacia los blancos son tan incorrectas como las acusaciones hacia los negros”.
A los negros que cada vez más lo veían como un líder, El-Hayy Malik les predicaba un Nuevo mensaje, justamente lo contrario a lo que él había estado predicando como ministro de la Nación del Islam:
“El verdadero Islam me enseñó que para formar una Familia Humana y una Sociedad Humana completa, son necesarias todas las religiones, políticas, economías, psicologías, e ingredientes raciales u características.
“Les dije a mis audiencias de la calle Harlem que solo cuando la humanidad se somete al Único Dios que nos creó a todos, solo entonces la humanidad lograra la “paz” de la cual tanto se habla… pero poco se ha visto”.

Muy Peligroso para Durar
El Nuevo mensaje universal de El-Hayy Malik era la peor pesadilla de USA. No solo se dirigía a las masas negras, sino a los intelectuales de todas las razas y colores. Ahora estaba consistentemente demonizado por la prensa como “defensor de la violencia” y siendo “militante”, aunque en la actualidad él y el Dr. Martin Luther King se movían juntos desde ese punto de vista:
“La meta siempre ha sido la misma, con los diferentes enfoques y las marchas no violentas del Dr. Martin Luther King, que dramatiza la brutalidad y el mal de los hombres blancos contra los indefensos negros. Y en el clima racial de este país hoy en día, todos saben cuáles de los “extremos” con relación a los problemas de los hombres negros podrían personalmente terminar en una catástrofe fatal la ‘no violencia’ del Dr. King, o mi llamada ‘violencia’”.
El-Hayy Malik sabía bien que era el blanco de muchos grupos. A pesar de esto, nunca tuvo miedo de decir lo que tenía que decir. Como suerte de epitafio al final de esta autobiografía, dice:
“Sé que las sociedades a menudo han matado personas que han ayudado a cambiar esas mismas sociedades. Y si puedo morir brindando algo de luz, exponiendo una verdad importante eso ayudará a destruir el cáncer del racismo que es maligno en el cuerpo de América, entonces, todos los créditos se deben a Dios. Solo los errores han sido míos”.

El Legado de Malcolm X
Aunque El-Hayy Malik sabía que era un blanco de asesinato, aceptó el hecho sin requerir protección policial. El 21 de febrero de 1965, mientras se preparaba para dar un discurso en un hotel de Nueva York, le dispararon tres hombres negros. Faltando tres meses para cumplir cuarenta años. Queda claro que la nación del Islam tuvo algo que ver con su asesinato, muchas personas creen que había más de una organización envuelta. El FBI, conocido por su movimiento anti-negros, fue tildado como cómplice. Es probable que nunca sepamos quién está detrás del asesinato de El-Hayy Malik, o, por esa razón, el asesinato de otros líderes nacionales en 1960.
La vida de Malcolm X ha afectado a los norteamericanos de muchos modos. El interés en las raíces del Islam ha de los afro americanos ha prosperado desde la muerte de El-Hayy Malik. Alex Halley, quien escribió la autobiografía de Malcolm, escribió luego el poema, Raíces, acerca de la experiencia de la familia Africana musulmana de la esclavitud. Mas y mas afro americanos se están convirtiendo en musulmanes, adoptando nombres musulmanes, o explorando la cultura africana. El interés en Malcolm X ha surgido recientemente debido a la película de Spike Lee: “X”. El-Hayy Malik es una fuente de orgullo para los afro-americanos en general. Su mensaje es simple y claro:

“No soy un racista de ningún modo. No creo en ningún modo de discriminación o segregación. Creo en el Islam. Soy musulmán”.



Fuente: www.islamreligion.com